domingo, 26 de julio de 2009

Continuación de una historia...


Si bien, otras palabras fueron escritas, en otro momento, y en otro lugar... quizás por otra persona, quizás con otros sentimientos... quizás más soñadoras, quizás menos melancólicas... esas palabras fueron muy importantes y tradujeron una historia que hace años se estaba formando... una que las fuerzas de la tierra y del mar nunca pudieron destruir... una que aún sigue su curso, pero quizás ya no tan mágica...


Aquella princesa que vivía en aquella alta torre, había regresado con su dragón... ya no lo odiaba, ya no lo rechazaba, por que sentía que era aquel, quien realmente había resguardado su corazón... sentía que su compañía, a pesar de ser dañina... la ayudaba, hacía sentir su pecho frio, pero tranquilo... incluso llegó a sentir que aquel dragón llegó a quererla, a su manera... pero la quería...


Un día aquel dragón que la acompaño siempre, decidió dejar entrar a una persona a ver a la princesa... peritió sus pasos, ya que miró sus ojos y notó en ellos la misma magia que había en los de su querida princesa... esa persona usaba trajes azules de príncipe y sus palabras denotaban una hermosa alma... por ello, aquel dragón quiso que se acercara a su pequeña, porque quería verla sonreir de verdad, de una manera que no había visto hacía mucho tiempo...


Aquella persona, vestida de príncipe, subió las escaleras y se encontró con la princesa, miró sus ojos y notó el mismo sentimiento que se ocultaba dentro de su alma... una sonrisa vino a su rostro y sintió que esa persona era la que estaba buscando...


Habló con la princesa, le dijo cuanto sentía y que quería sacarla a pasear, quería hacer regresar su sonrisa con sus cuidados y cariño...


Ella estaba sentada en la ventana, mirando el atardecer que estaba brillando... giró para ver a su salvador, y lo encontró bello... vio la pureza de sus ojos... y notó que en ellos existía el mismo sentimiento que se acomodaba en su pecho cada noche antes de dormir... quiso volver a soñar... quiso permitir que aquel hermoso ser le enseñara lo cálido que podía ser su corazón...


Salieron... conversaron por horas y sintieron sus palabras hacer eco en el otro, por que muchas de sus experiencias eran las mismas... muchas de sus palabras se repetían...


Aquel de trajes azules la llevó a lugares hermosos... le mostró cuan cálido era el mundo y no dejaba que la tristeza viniera a su rostro... la princesa sonreia mucho... pero, a pesar de eso... había algo dentro de ella, que no le permitía sentir la felicidad tan dentro de si... cada noche antes de dormir... una extraña melancolía se apoderaba de ella... quizás era el haber vivido con tanta soledad... quizás solo era una tonta idea de ella...


La princesa estuvo mucho tiempo con aquel ser vestido de príncipe... sonreía y lo acompañaba a los lugares que él y ella soñaron... pero no estaba siendo completamente sincera, aún en su interior había algo... y a pesar de que le agradaba mucho su compañía... no podía sentir los mismo que aquel sentía... no podía tener aquellas sensaciones que ella conocía, quizás tan solo por historias, pero que para ella eran importantes... a pesar de eso, sonreía tanto con aquel ser, y el también sonreía con ella... era dificil saber que hacer...


Un día la princesa se decidió a decirle la verdad, y aquel ser se puso triste... quizás ella no había sido sincera siempre, le faltaba demostrar aquello y decidir esa confusión que le causaba lo que sentía...


Como ella sabía que sonreía a su lado, quiso quedarse con aquel... se quedó, pero notó que ese pequeño hombre no sonreía tanto como antes, incluso... ya casi no sonreía, y eso la entristecía... sentía que era su culpa... pero seguía necesitando estar a su lado...


Un día aquel ser, le dijo que emprendería un viaje, uno para redescubrirse, uno para ver la magia del mundo... uno para volver a sonreir...


La princesa se puso triste... muy triste, por que sabía cuanto lo necesitaba... pero como veía cuan tristes estaban sus ojos, decidió dejarlo ir sin hacer nada más que desearle suerte y regalarle una última sonrisa...


Luego de eso, la pequeña volvió a la torre, abrazó a su dragón y le pidió que no dejara a nadie entrar, quería quedarse sola con él, con los atardeceres que veía en su ventana, con los pajarillos que iban a cantarle en la mañana... con la soledad... le pidió también que no dejara entrar a aquellos que ya habían entrado, por que habían heridas en su pecho y quizás si los veía, estas heridas se reabrirían...


Se quedó, en ese lugar, aún en la espera, esperando algo... quizás no una persona... quizás no un amor... si no que algo... que la hiciera salir de aquel lugar...




Sumimasen... quizás muchos sueños se rompieron en esta historia... pero aún no termina para nadie, aún queda mucho por escribir...




Kazeai

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