miércoles, 8 de julio de 2009

Caminar eterno



Una hermosa noche de luna alumbra a esa pequeña princesita que camina por los bosques...

Una multitud de estrellas iluminan sus pasos y la hacen sentir acompañada... ella sonríe a sus giños y les susurra palabras de agradecimiento...

Mientras camina, aquellos que la quieren comienzan a rodearla, aquellos seres, que quizás no son seres humanos, son los que necesita esa pequeña en ese momento... La noche le presta su oscuro abrigo, Kaze juega con sus cabellos, roza su rostro y la hace sentir acompañada...

Su caminar sigue, pero se ve fuerza en sus pasos... a pesar de que siente melancolía en el pecho, aún hay una sonrisa en la comisura de sus labios... le encanta estar con aquellos que siempre han acompañado su caminar... el viento mueve su vestido, como si quisiera invitarla a volar, ella comienza una canción dulce y suave, llena con la presencia de sus queridos seres comienza a bailar... da vueltas y sueña cada paso, cierra los ojos y siente su alma...

Su canto es dulce, acompañado... hace que la noche se vuelva pura, se vuelva pasiva... hace soplar al viento con una fuerza inusitada, hace que su mirada se vea feliz...

Sonrisas aparecen en su rostro... esa pequeña princesa sigue caminando, sabe que le falta mucho aún... sabe que pasarán muchas cosas mientras camina... sabe que a veces necesitará un abrazo de aquellos seres incorporeos y ellos solo podrán darle presencia... a pesar de ello, sonrie, porque ama a esos seres, aquellos que siempre estuvieron con ella... acunaron sus sueños y la protegieron de la frialdad... quizás llorará muchas veces... quizás su vestido se razgará y su corona perderá su brillo... pero a ella no le importa.. sigue mirando al frente y caminando, porque sabe, que a pesar de que no lo vea, más adelante... quizás muy cerca, quizás muy lejos, encontrará aquello que busca, quizás sea un castillo, quizás un mundo... tal vez solo el mar... ella no lo sabe... solo sabe que quiere seguir su camino, bailando, cantando y soñando... y sabe que cada vez que se agote y sus piernas tiemblen al caer, aún tendrá a la noche y la luna, que quizás no la levantarán, pero le infundirán fuerzas... y a Kaze, eterno amado, que soplará sobre su rostro invitándola a seguir, animándola y dándole fuerzas, por que algún día podrá encontrarlo...


A pesar de la oscuridad, a pesar del frío... a pesar de el cansancio y la melancolía.. aún hay sonrisas en mi rostro...


Kazeai

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