lunes, 13 de abril de 2009

Extraña reflexión de noche otoño verano...



Pensamientos incansables recorren otra vez esta cabecita de niña que aún no puede ser adulta...

Recuerdos y miedos muy antiguos vienen a invadirla, para así llenar de precaución sus actos y sus decisiones...

Recuerdos de siglos atrás y deseos de nuevas experiencias vienen a encontrarse en ese lugar y mezclarse al punto de la confusión del inicio con el fin y de la verdad con el sueño eterno...

Una noche de extrañas cabilaciones, decendiente de un día con un pensamiento repetitivo e incesante que inunda con sus reflexiones todo atisbo de estudio de de razonamiento...

¿Qué es el amor?... para mi cabeza existe una linda definición que es fácil de entender a cualquier mente, pero dentro de mí existen mil definiciones más y extrañas revoluciones que desmuestran que hay un significado secreto de esa palabra y sagrado... quizás debería usarlo...


Una niña con ojos que parecen cristal se sentó cerca de un árbol en una plaza una vez, decidió admirar la naturaleza y sentir su belleza, quizo ser parte del dulce soplar del viento y de los rayos del sol que caían sobre su cabeza...

Miró a su alrededor y vió mucha gente, pero esa pequeña niña... se sintió muy sola....

Quizo correr y encontrar el lugar donde nadie la viera, donde esa soledad fuera real y no existiera solo en su alma... quizo llegar a un lugar donde fuera invisible y así pudiera estar con los abrazando sus piernas y disfrutando de esa belleza sola...

El viento dulcemente sopló y se llevó algunas de sus ideas, acarició su rostro y le susurró al oído palabras bellas... pero ella, aún se sentía sola...

Esa pequeña niña cristal, notó la fuerza de cada persona a su alrededor y se sintió triste, pues solo había materialidad... cada mirada que se fijaba en esa pequeña, estaba cargada de crítica o de repulsiva maldad...

Aquella niñita dulce, sacudió su cabeza, se puso de pie y volvió a caminar, sabía que debía volver a sumergirse en ese mundo, sabía que debía seguir nadando en ese lugar que todos vivían, y sabía también que poco a poco iría cargando su esencia con ese lugar... pero, a persar de que quería seguir siendo ella misma... la marea la llevaba, y pronto ya no habría más parques donde descanzar, pronto no habría lugares para estar sola... y ya no veía ojos puros...


Recuerdos incesantes, ilusiones nuevas pero temidas... no se puede esperar algo que tanto tiempo se buscó ya sin esperanza, ahora mas bien hay que ver la belleza de lo que llegue, pero mi Tsuki sigue llenándome de melancolía...

Kaze... ai... shiteru.... quiero ver demasiados sentimientos y sentir los objetos, quiero absorver las sonrisas y acabar con las lágrimas...


Que mas da decir lo que no existe o simplemente es, que mas da pensar si no puede hacer de estos pensamientos algo que reconozca un ser de forma externa...

No acabar con la idea de algo que nunca fue, no sonreir lo que es triste...

O tal vez...

Soñar siempre y regalar sonrisas...

No se...

Quiero volver a la ciudad sin gente, por que allí no hay máscaras, y prefiero caminar por las calles sola, que quedarme encerrada en esas cosas con la materialidad convertida en mi ilusión...

Quiero caminar por años por las calles vacías, hasta que llegue la compañía esperada y camine a mi lado, solo eso... y todo estará bien... todo volverá a tener luz...


Que extraña noche de no estrellas, extraña noche de melacolía dura, de frío con calor doloroso...

Las palabras hoy son extrañas, por que no se que decir, solo quería hablar... por que del silencio solo puede haber frío, o tal vez sueño...

Vete, frialdad extraña... vete a dormir...


Kazeai

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