jueves, 4 de marzo de 2010

Acurrucada... oculta



Oculta entre mares de oscuridad... solo puedo decir lo siento... en estos mantos fríos y tristes me siento invadida por el dolor...

Abrazo mi pecho... me envuelvo en mis brazos... escondiéndome de la soledad, ocultándome de la realidad... es doloroso... cubro mis oídos... no quiero oír... no quiero pensar... porque mi pecho arde de una manera tan fuerte que ya no soportaría un dolor más... quiero dejar de darme cuenta de donde estoy y de mi soledad... quiero dejar de llorar...


Lágrimas caen y se confunden con el mar que crea su mirada... las seca rápidamente y vuelve a perder la vista en el horizonte... quizás pensando, quizás solo estando... pero no puede parar de llorar... tiembla... esa pequeña tiembla en ese lugar, parece que tiene frío... pero nadie se acerca, nadie la abraza... nadie la acompaña...

Ella canta... en notas suaves... su voz es un susurro melancólico... pero de alguna forma cálido, hace que el corazón tiemble y recupere la paz que un día tuvo... solo que pareciera que la pequeña temblara aún más... su voz se va apagando y sus piernas se doblan... sus largos vestidos caen sobre el piso y crean una especie de aurolea frente a ella... cubre su rostro con ambas manos mientras sigue temblando... la corona a un lado y su belleza lejana.... que le pasa a esa pequeña?... que busca... que necesita...

Pasa el tiempo y la pequeña sigue ahí... las sombras pasan... las miradas la recorren... pero nadie se acerca... hay veces en que le hablan... cosas triviales, cosas simples... pero nadie mira sus ojos, nadie nota su tristeza... nadie le da el abrazo que ella tanto busca...

Poco a poco el temblor comienza a detenerse... ella se aferra a un muñeco de peluche, uno que a pesar de no tener alma, pareciera que quisiera consolarla, gracias a la calidez que le produce el abrazo que le da a ese muñeco, la niña puede pararse y comenzar a caminar... se siente más sola que nunca... pero se resigna... ya nada hay que pueda hacer, mas que seguir caminando... la gente la mira, ahora piensa que está loca, una persona... una princesa... que camina con un peluche entre los brazos... no, esa pequeña está loca...

El viento sacude su largo cabello y ella cierra los ojos... imaginando... evocando un cálido abrazo que ese ser incorpóreo quiere entregarle... se entrega por segundos y siente que su corazón se fortalecce... las lágrimas cesan... está lista para un día más....


Las ramas de los árboles se mueven al son de una melodía perdida en el tiempo... una que esperan que ella llegue a bailar con ellos.... una... que es la fuerza de aquel que sabe escucharla...


Me siento demasiado sola... es doloroso... quizás debería dejar de sentir...


Kazeai

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