jueves, 11 de junio de 2009

Paseo de la noche



Una noche oscura rodea la niña que quiso conocer la sensación del viento entre los árboles al caer la noche... ella decidió salir a caminar entre el frío y la soledad... quiso arriesgarse y ver sobre si la gran cantidad de estrellas y silencios...

Una vez más miró al frente y lágrimas silenciosas corrían por su rostro... vio la luna y no supo describir que explotó dentro de ella... solo sabía que lloraba sin una verdadera razón...

Caminaba y en cada paso notaba un leve temblor en las hojas... le encantaba escuchar el viento al correr entre los árboles y mover las hojas... le agradó mucho cuando el viento tomó su cabello y acarició su nuca... sus manos sin forma rozaron su párpados y de alguna forma besaron sus ojos... cada paso la acercaba más a aquel ser amado... con fuerza le arrancaba pensamientos y reflexiones, con su soplo la hacía seguir caminando y mantenía atrás todo lo que a ella le pesaba... jugaba con sus ropas y las movía, refrescaba el alma de ella con su brisa y la hacía sentirse libre... ella sabía que estaba sola en ese instante, que el viento era un ser etéreo, que las personas son las que dan verdadera compañía... pero solo por esos segundos le encantaba la compañía del viento...

Las hojas de los árboles rozaban sus brazos al pasar y una leve brisa le cantaba al oído, mientras todo aquello que le pesaba dentro se quedaba atrás... sus pies estaban descalzos y caminaban como sobre nubes... el viento soplcaba con fuerza y la hacía sentir viva... mientras la noche, celosa de aquella íntima unión, ocultó la luna tras una nube, y encerrró a la niña en mantos de oscuridad, cayó sobre sus ojos, haciéndose notar, recordándole que quería ser su dueña... la abrazaba y atraía, su atracción era fuerte y resuelta... sabía que la niña deseaba entregarse a ella...

Una lucha en paz se formaba entre el viento y la noche, y aún esos ojos tristes mantenía lágrimas en las mejillas, mantos de oscuridad la atraían y encerraban, llenaban su pecho con melancolía amada... brisas levantaban su cabello y ondeaban su ropa... ambas fuerzas la hacía temblar, llamaban a su alma a la entrega, y las hojas seguían acariciando su cuerpo al caminar....

La nube que ocultaba la luna pasó y ella llamó a los seres en lucha, les pidió la tranquilidad de esos ojos y que las lágrimas cesaran... así la niña volvió a casa, fue a dormir y soñar, a ser parte una vez más... mientras en la ventana la luna velaba su dormir, vigilando a la noche que estaba pegada al vidrio y al viento que movía con su fuerza las puertas...

Y ella dormía... y soñaba... soñaba con el lugar que buscaba y que todavía no podía encontrar...


Kazeai

No hay comentarios: