Tengo ganas de encontrarme con mi amado Kaze... tengo ganas de entregarme a la noche, de saltar desde mi ventana y escapar con aquel que mantuvo mis sueños de niña... tengo ganas de ser invadida por él y que me recorra tal como lo ha hecho tantas veces... Quiero que acaricie mi rostro y juegue con mi cabello... necesito sentir la fuerza de su soplido sobre mí y llenarme de su presencia... que con su amable soplar e transfiera energía a mi vestir y que me tome en brazos por una noche, a recorrer con él lo que queda de oscuridad sobre las nubes...
Mi ventana susurra palabras de atracción, las ramas de los árboles rozan los vidrios... ya casi no resisto su tentadora llamada...
Necesito encontrarme con ese antiguo amor etéreo, amor de niña, amor que alguna vez fue dirigido a ese ser incorpóreo y que alguna vez, de alguna manera, de una extraña forma... sentí correspondido...
Abro la ventana y la brisa saluda mi decisión... las nubes amenazan y Kaze me saluda con una dulce caricia en mi mejilla... solo una palabra de su parte me basta para entregarme por completo a su presencia...
Allí está la noche, allí está y me envuelve poco a poco... si Kaze no llega pronto, aquella noche me volverá a hacer suya... las hojas susurran palabras que no entiendo... siento algo en el pecho....
Sus manos de oscuridad se están acercando, en forma de mantos comienzan a tomar mi ser... mi Kaze aún no llega... lo necesito... si no me voy ahora, la noche tomará lo que queda de mí... este despojo de pensamiento en el que me convierto de noche...
Un dulce soplar llega hasta a mí y con los ojos cerrados siento como me recorre en cada rincón, su presencia invisible juega con mi cabello y me habla, me dice que no puede llevarme... me da desconfianza... quizás no quiere llevarme... poco a poco lo alejo, me despido y cierro mi ventana a sus pensamientos... esta noche estaba frío... por una noche, y solo por ésta, me quedaré con aquella amiga eterna llamada Soledad...
Kazeai
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