miércoles, 29 de octubre de 2008

Oscura y acompasada noche




Recuerdos de un dulce y triste atardecer acompañan mi deambular esta noche...


La fría oscuridad se burla de mi soledad y me envía palabras frias demostrándome que no solo él puede ser cruel conmigo, que esta noche no es una de las mejores, que mi extraña vida sigue su inusual curso como habitualmente se encuentra...


Hoy las sonrisas desaparecieron casi por completo de mi rostro.. no quisieron volver a existir como comunmente flotan en mi diario existir, si no que más bien, se convirtieron en inútiles lágrimas que se esconden tras los ojos, de esas que no pueden salir, de esas que hieren en lo más hondo del alma...


Los recuerdos no me abandonan... no se puede, son parte de cada ínfima partícula de mí... pero lo que más es extraño a cualquier ser que se encuentre aislado de esta, mi existencia, es que esos recuerdos solo pueden causarme dolor y penas, lo que no es normal, ni tampoco debiera ser...




La hermosa vista que esta noche puedo apreciar por mi ventana, se siente de alguna manera sobrecogida por la inmensidad de la oscuridad que hoy la acompaña... el viento, amigo eterno, que se asoma en cada instante para susurrar mi nombre, me hace sentir un poco acogida, pero también me demuestra que las partes de mi ser que no son normales, aquellas que se hacen crueles recuerdos de lo extraña que puede llegar a ser mi forma de ser para cualquiera, son ineludibles y sensibles a un mundo que no es parte de nada de lo que hasta hoy han visto mis ojos, si no que viene de algo más etéreo, pero al mismo tiempo eterno que demuestra la magia que existe en alguna parte de este oscuro mundo..




Fría soledad que viniste a recaer sobre lo que me queda de esperanza y de vida, no inundes mi alma con tus dolorosas palabras, ni con tu cruel y contraria compañía... tan solo quédate a mi lado, por que solo tu existes para acompañarme, la soledad que siempre ha sido parte de mi alma, que alguna vez pensé alejar y que ahora siento que es eterna para mí...




Dulce pedazo de vida que esta noche acompaña mi corazón, haces que la oscuridad no sea completa y que pueda ver la luna de una manera distinta... aceptando mi meláncolica soledad, pero sabiendo que tu nunca me dejarás sola... Tsuki... Kaze... ai shiteru...




Kazeai

1 comentario:

perjiz dijo...

Los recuerdos nunca nos abandonan y aunque nos causen dolor, son prueba q tenemos sentimientos.