Un largo camino

Camina... lenta y suavemente... oculta en la sombra de una nube... camina... ya casi sin pensar, ya casi sin sentir... ella solo camina y sigue con su objetivo...

El camino ha sido tan largo... que poco a poco ella se fue acostumbrando a caminar... solo caminar... ya casi no recordaba cual era su objetivo, ni a donde iba, ni a quien buscaba... ahora, todo consistía en caminar... con la mirada fija en el suelo, sin pensar, sin recordar... para que nada le causara daño...

Un paso... otro... y nunca acababa... si levantaba la vista, vería el horizonte... y un camino interminable... nunca dejaría de caminar, si volvía a mirar, se sentiría cansada, no querría más... por eso... era mejor no pensar...

Pasaban los días... y ella seguía igual, sin pararse a pensar... sin recordar... sin ver...

Las personas que caminaban a su alrededor, conversaban y se reían, se detenían a veces a descanzar y a disfrutar del hermoso paisaje... a sentir la frescura de las mañanas... pero cuando ella pasaba, la miraban solamente, era una chica extraña... ella no los miraba, así, nunca podrían saludarla, así no podrían invitarla a descanzar con ellos...

Ella solo pasaba de largo, dejaba a mucha gente atrás, y seguía avanzando... el mundo había sido tan malo con ella, le habían dejado tantas heridas... que temía recordar, temía ver, temía hablar... por eso ella debía seguir sola, porque ya no le quedaba nada más que hacer...

Y es así, que con los días, con su paso tambaleante y con caminos eternos, comenzó a debilitarse más... y fue un día, que tropezó... y cayó... como dolía... no podía pararse... y cuando estaba a punto de dejarse morir ahí... una suave voz le asustó... era una voz anciana, y cansada... pero preciosa... era comos i estuviera llena de sabiduría... "levántate" le decía... la instaba a salir adelante, pero ella no tenía fuerzas... cuando su vista se acostumbró a la penumbra, vio a un anciano... estaba sentado en un rincón de ese gran agujero... le sonreía... "vamos!, yo se que tu puedes seguir adelante, no seas como yo... disfruta de tu vida, que luego lo lamentarás"... hablaba con tal suavidad, que ella se sorprendió, como podía hablar así alguien que estaba sufriendo oculto en ese lugar, sin poder avanzar...

Se acercó a aquel hombre que tan dulcemente la miraba... y vio con tristeza, que una de sus piernas estaba totalmente magullada e inservible... el, se merecía estar ocn vida y caminar, muchas más veces que ella, a pesar de eso... no podía...

El la instaba a irse, le decía que no se preocupara por él, que el ya estaba viejo y su vida estaba a punto de acabar, en cambio ella estaba jóven y llena de vida aún...

Ella, sintió renacer dentro de si la vida... aquella que había perdido hace años... aquella que ya no buscaba... aquella, que le entregaba la sonrisa...

Dejó que el tiempo pasara, y acompañando a tan sabio ser, comenzó a pensar en una manera de ayudarlo... un día... logró hacer con una tabla, que su pierna mala, se mantuviera firme... y así le comenzó a enseñar a caminar... de a poco... algo que él, había olvidado hacía tiempo...

Pasaban las semanas, pero ella estaba feliz, por fin, algo tenía sentido... y fue así, que un glorioso día, el ya pudo salír... y caminar... cuanta fue su sorpresa a ver el mundo tan bello y colorido... cuanto quiso seguir adelante!!...

Ahora iban juntos, muy lentamente... pero sonreían y parecía que el mundo volvía a ser de color...

Un día... lleno de luz y calor... encontraron personas... al acercarse... abrazaron al abuelo, le dieron de beber y comida, y sonrieron, porque por fía habían recuperado a un amigo perdido hacía años... estaban muy felices, y él... lloraba de felicidad... nunca pensó que aún pudiera disfrutar de la vida...

Cuando volvió su vista, para agradecer a su salvadora... no la encontró... ella había desaparecido, dejándolo con sus amigos..

Y Ella... volvía a caminar... seguía adelante... es cierto, iba sola, pero ahora era distinto... ya recordaba sus sueños e ilusiones y sonreía al avanzar... quizás un día se quedara a desacanzar con las personas que la invitaban... quizás un día... ella tendría amigos como el abuelo... que siempre, siempre... la esperarían...

Gracias Kaze...

Kazeai