viernes, 8 de octubre de 2010

Un día en la ventana



Era precioso el sol que aparecía detrás de las nubes... era como si un suave calor recorriera cuanto frío tenía dentro, era como si mi mundo existiera de nuevo...

Amanecía, de nuevo había pasado la noche junto a la ventana... amo este lugar, me encanta sentir que quizás soy un poco parte de lo que está afuera y no existo solamente oculta en esta horrible torre.

Algunos dijeron hace años que yo era una princesa... lo decían y yo solo los escuchaba... pero yo sabía que no era cierto... una princesa... una princesa nunca se deja encerrada donde nadie puede verla, una princesa nunca estará sola toda una vida esperando que alguien quiera abrir la puerta... una princesa, no llora toda las noches con la esperanza de que pronto el dolor se acabe... nunca yo sería una princesa, solo soy una imágen de algo que quiso ser y que nunca pudo serlo.

Y aquí, en este dulce y seguro lugar me oculto... un día pude escaparme, el dragón que vive bajo mi habitación es muy tierno y solo quiere verme feliz, a veces pienso que es mi único amigo, aquel dragón me dejó salir, dijo que debía conocer el mundo y podría encontrar cuanto llenara mi pecho. Pero cuando salí, todo estaba demasiado gris y triste, parecía que el mundo se había caído a pedazos hacía poco tiempo, parecía que tod estuviera descuidado, como si realmente nadie viviera allí por años...

Caminé un tiempo, y descubrí personas, muchas, que pasaban casi sin mirar, a veces incluso me chocaban y pegaban sin darse cuenta, personas que caminaban tan concentradas en si mismas, que olvidaban el mundo... también vi otras que sonreían y jugaban, conversaban con las demás y hasta se abrazaban!... pero, se veían demasiado felices, quizás si yo me acercaba se sentirían incómodos, en sus rostros había una complicidad, como podría romperla?...

De pronto... unas personas se acercaron a mi, eran varías, pero sonreían de una manera extraña, me asusté... ellos se acercaron más y comenzaron a reirse de mis ropas, de los vestidos que siempre llevaba, de mi pelo y mi forma de caminar, comenzaron a acercarse, y quisieron llevarse mis collares, mis brillantes recuerdos del lugar en que vivía... tenía miedo, mucho miedo... hasta que mi único amigo llegó, aquel dragón saltó y los asustó... en ese momento corrí, corrí con todas mis fuerzas y me escondí en mi mundo, en mi lugar, en mi soldad... aquella torre que siempre fue mi hogar...

No quise saber de la gente, no quiería saber del mundo, si todo es tan cruel como lo vi, ya no quería volver a ese lugar...

En ese momento, unos suaves golpes sonaron en mi puerta, nunca nadie había golpeado... quizás eran ellos otra vez... pero cuando abrí... había solo una pequeña niña con una flor en sus manos, con carita de asustada y con una mirada muy dulce...

- Perdón por entrar sin preguntar, ¡es que quería verte! - me dijo... con una voz tan suave, que me dejó pensando unos segundos...

Y fue en ese momento que me sentí acompañada... que importaba si unas personas m querían hacer daño... mientras existieran personas como ella, que me sonrieran de esa manera, valía la pena el mundo...


Ahora vuelvo a estar sola... pero amo esta ventana... cada día miro el mundo con la esperanza de encontrar sonrisas reales, siempre esperando ver la luz que hace la vida... y tratando de aprender... porque cuando aquel mundo y el mío deban ser unidos quiero regalar la misma sonrisa de esa pequeña... y llenar a cada persona para que olvide la soledad...


Kazeai

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