domingo, 18 de marzo de 2012

En un lugar donde todo es nada



Allá muy lejos... mientras caminas más alla del color que atraen los cielos... más allá de las nubes  y más lejos de mar que tanto desea atraparnos... escondido más allá aún de la oscuridad y de los oscuros sentimientos... puedes ver aquel lugar...
Es un mundo suave y conocido, donde los colores no dañan la vista y las luces nunca son demasiado fuertes.. un mundo donde las miradas no pueden dirigirse a los ojos, ni las palabras pueden ser completamente pronunciadas... si, es una especie de mundo a medias... pero allí estaba esa persona...
Ella parecía desentonar con el lugar... sus pasos eran mucho más lentos que el fluir del río... sus movimientos parecían buscar un sentido distinto... y siempre, sorprendía de alguna manera, con una suave, aunque triste, sonrisa, sacada de algún recóndito lugar... era como ver una imagen antigua y borrosa... en ese lugar donde nada era tan bueno, ni nada era tan malo... era difícil encontrar sonrisas...
A pesar de todo esto... había algo extraño... en esa persona, si vivía en ese lugar... sus sentimientos debían ser acompasados... ni muy triste, ni muy feliz... los extremos no existían en ese mundo... el equilibrio era constante... y era de esperar que quien estuviera ahí, estuviera bien, pero... ella... ella no parecía tranquila... no, ella no estaba... bien...
Me asustaba verla... no se como podía ver y ser... no puedo entender su caminar... era como una especie de brillo opaco... su piel resplandecía un poco, con colores plateados... pero, pero... ay, esa odiosa oscuridad, esa sombra que la rodeaba no la dejaba caminar... es como si una nube oscura se hubiera enamorado de ella, y ahora no quisiera dejarla... entre brillo y oscuridad, poco podía ver su rostro... esa persona... al parecer... no se veía bien...
Un día... quise acercarme, esa persona se veía cada vez más triste... ya no podía soportarlo... parecía que su corazón fuera a explotar de la melancolía, y yo la estaba viendo ¿que podía hacer?... traté de llegar a ese lugar... pero no parecía estar en ninguna parte, la veía pero... no podía acercarme, no había como... intenté llamarla... gritarle, susurrarle... quizás solo unas cálidas palabras podrían alejar esa frialdad que la rodeaba... pero ella no escuchaba... era como si estuviera en una cúpula de cristal...
Ya nada más podía hacer que observarla... escuchar su suave melodía, sentir su presencia... verla bailar en ese lugar tan medido, tan melancólicamente confortable... pero... un día... sus pasos flaquearon, las lágrimas aumentaron, y la oscuridad se hizo más fuerte... sus rodillas temblaban, y no había nadie que la afirmara... yo sabía que ella no pertenecía a ese lugar, y ella parecía saberlo... pero no hacía nada para salir... ¿por que?!! yo solo quería verla sonreír sinceramente...
Cuando la vi caer... cuando sus rodillas se doblaron... mi interior se llenó de miedo, de una sensación muy dolorosa... me puse a gritar, no quería que desapareciera, no quería que sufriera... solo quería salvarla... de pronto, ella levantó su mirada, y me vio... se que lo hizo... y en ese momento... me regaló una sonrisa, una tan hermosa, que mi corazón dejó de palpitar por un instante... y fue allí que ella se acercó, no se como, no se de donde vino, no se donde fui... pero su mano acariciaba mi rostro... me dijo que estuviera tranquilo, que las cosas así debían ser, que estaría bien... dijo que hay veces en que algunos seres debían vivir en lugares donde no pertenecían, porque era la única forma en que esos lugares pudieran ser menos ellos mismos y más otros, era la única forma en que la vida, las sonrisas, el calor y las sonrisas entrarían... luego me agradeció... 
Desde ese día no he vuelto a ver a esa persona... pero... de verdad puedo asegurar... que desde ese momento... mi mundo se volvió más sonriente... desde ese momento... mi mundo comenzó a ser más mío...




Una historia para pensar...
Kazeai

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